La foto de ahí al lado muestra el lugar donde los ladrones de la galería I Uffizi, de Florencia, han escondido el monumental "David", de Miguel Ángel, sustraído en uno de los robos más audaces de todos los tiempos, y escondido en una sala de Moscú junto a las puertas de la catedral de Friburgo de Bresgovia (Alemania, allí por la Selva Negra), arrancadas de cuajo del edificio y trasladadas a Moscú por una banda de ladrones internacionales...
Nooooooo. Tranquilos. El "David" de Miguel Ángel continúa en Florencia dejando a todo el mundo que lo ve boquiabierto, y las puertas de la catedral de Friburgo siguen exactamente allí, en la Selva Negra. Y la Venus de Milo sigue en el Louvre. Todos tranquilos. Lo que hay en Moscú, en el museo Pushkin, no son más que copias.
El museo Pushkin es el segundo museo de arte más importante del país (el primero es el Ermitage de San Petersburgo), si excluimos a los dos grandes museos de arte ruso, cuya temática es exclusivamente nacional (la Galería Tretyakov de Moscú y el Museo Ruso de San Petersburgo). La organización del museo es muy didáctica y pretende dar una visión de la historia del arte universal desde las civilizaciones más remotas hasta nuestros días, aunque el edificio principal llega hasta la revolución francesa. El arte moderno y el arte contemporáneo quedan para otra exposición.
Como no hay dinero en este mundo para adquirir las obras más representativas de la escultura mundial, los responsables del museo exponen copias representivas de los períodos en que andan escasos de originales. Hay una buena colección de arte egipcio, está el tesoro de Troya (ése merece entrada aparte), una notable exposición de arte copto, pero los períodos restantes están representados por copias idénticas al original. Bueno, idénticas del todo no: en el original no está la chapita metálica del taller que realizó la copia.
Así, en un solo día, podemos admirar una soberbia colección de esculturas griegas, donde no faltan el Discóbolo de Mirón (cuyos herederos no perciben un real por la copia) o la Venus de Milo; otra estupenda colección de escultura romana, con el Augusto que todos hemos visto en los libros de historia romana; una soberbia selección de arte bizantino en la que no faltan los frescos de la catedral de Rávena que representan a los emperadores Justiniano y Teodora, cada cual por su lado...
O una selección de arte medieval que tira de espaldas, para pasar al Renacimiento italiano y terminar con una tremenda sala de Miguel Ángel en la que están Moisés, poco menos que hablando, las tumbas de los Médici... vamos, el no va más.
El museo también cuenta con una importante colección de pintura que, en este caso, sí que es auténtica. Si uno pasa justo por las puertas de la catedral de Friburgo, las de la foto, se encontrará con una buena colección de arte renacentista alemán en la que destaca una serie de obras de Lucas Cranach, tan buen pintor como buen herejote, para pasar a una tremenda variedad de artistas flamencos y holandeses, que ocupan varias salas. Una sala está dedicada a Rembrandt y a su escuela y tiene algunas obras del propio Rembrandt.
Me encanta Rembrandt. La última vez que estuve en El Prado tuve la gran potra de que coincidiera con la exposición que se montó allí. La de Moscú es mucho menor y las obras expuestas no son precisamente "La lección de anatomía" o la "Ronda de noche", pero alguna está bastante bien.
Aquí está la versión de Rembrandt de la representación de cuerpos resucitados. Es una de sus primeras obras.
El otro gran superclase de los Países Bajos, Rubens, está mucho menos representado. Este cuadrito es curioso.
Es el esquema de la recepción en Bruselas al nuevo gobernador de los Países Bajos españoles, el Cardenal-Infante Don Fernando. En aquel tiempo, corría la guerra de los Treinta Años y el Cardenal-Infante, con sus tercios españoles, venía de destrozar al ejército sueco en Nordlinga, así que Don Fernando, a sus veinticuatro años, estaba en la cima de su poder. Los motivos alegóricos que emplea Rubens combinan con mucha habilidad las alabanzas al victorioso general con los llamamientos a la clemencia y al buen gobierno para el bien del pueblo.
Al lado de la tremenda colección de cuadros del barroco italiano, que es magnífica, la representación española es bastante pequeña, pero eso será cuestión de la próxima entrada. Porque hoy se hace tarde, que, si no...
Muy interesante la entrada de hoy. Para no desentonar con el resto por otra parte.
ResponderEliminarSaludos y Felices Fiestas.
Aigor, gracias por el cumplido. Feliz Navidad, igualmente.
ResponderEliminarHola!
ResponderEliminarPues en mi último viaje a Moscú (durante el cual pudimos ver el cartel del concierto de la Pantoja) fuimos al Pushkin y, pobres ignorantes, "flipamos". ¿Qué es esto, tanta escultura? Cuando vimos al David empezamos a sospechar... y despues nos enteramos de lo que tú nos cuentas.
Por cierto, hablando de museos, la reprimenda que me cayó por parte de una vigilanta porque estaba admirando el retrato de Napoleón (creo que fue en el Hermitage) cuando tenia al lado el retrato del príncipe Kutúzov... la mujer indignada señalando quien era "el bueno"....
Sin comentarios...
Saludos y feliz 2010!