Una de las cosas que más llama la atención de la actual crisis económica rusa es el desplome de los precios del sector inmobiliario. Y diréis: ¡Vaya novedad! ¡Como en todo el mundo! Y es verdad, más o menos eso está sucediendo en todo el mundo, pero principalmente en los dos países que más habían calentado los precios de viviendas y oficinas, que son, me temo, Rusia y España. Y así como, el 1 de septiembre de 2007, los que estábamos entonces en España nos dimos cuenta de que, de golpe, todo el mundo había vuelto a trabajar, menos las agencias inmobiliarias, que seguían cerradas (y ya no abrirían), en Rusia el golpe ha venido un año más tarde, pero ha venido.
Y ha venido de forma rara. De la noche a la mañana, las calles, los periódicos y, como se ve en la foto, incluso los stands de feria (que no deberían servir para eso), han aparecido repletos de carteles ofreciendo alquileres de oficinas. Antes del verano de 2008, los propietarios de oficinas dictaban condiciones leoninas a todo el que intentaba alquilarles algo, y les clavaban lo que no está escrito. Ahora, en cambio, los mismos propietarios que acuchillaban a sus inquilinos los persiguen rogándoles que no se marchen. Pero, claro, con la crisis no está el horno para bollos, ni menos para pagar alquileres de diez mil euros al mes por tener tu empresa en un lugar decente.
Con las viviendas ocurre lo mismo. El verano pasado, cuando los precios seguían en auge, mi casero llamó diciendo que iban a pasar por casa unos abogados para comprobar unas cosillas sobre el piso; yo, que estaba de rodríguez, me aseguré de estar en la casa cuando vinieran, y resultó que de abogados nada: los pollos que vinieron eran agentes de la propiedad que fotografiaron todos los rincones de la casa. Y claro, si viene un agente de la propiedad (que es un gremio que detesto especialmente), uno sospecha que su permanencia en la casa corre peligro.
- Oiga, pero estos señores no son abogados.
- Ah, ¿dije abogados? No, no, son de la inmobiliaria.
- ¿Eso es que el dueño va a vender el piso? -je, lo pregunté como si los de la inmobiliaria, a lo mejor, estuvieran allí porque les gusta hacer fotos.
- Parece que podría haber un comprador, pero usted no se preocupe, ¿eh?, que esto no afectará a su contrato de alquiler.
Hombre, claro, el nuevo propietario se lo tendrá que chupar, pero eso sólo retrasaría dos meses, que es el plazo de preaviso, mi mudanza.
- Ah, bueno... -dije, como si estuviera tranquilo.
La crisis es una desgracia, pero tiene sus partes positivas. Unas semanas después de la visita de los agentes de la propiedad, el sector inmobiliario cayó en picado, de la posible venta nunca más se supo, el contrato de alquiler se ha renovado e incluso sin subir el precio. Sólo falta que el casero me ponga un jacuzzi último modelo. Estoy por pedirlo, a ver qué hace por retenerme.
* * *
Pero eso será otro día. Este fin de semana no, porque este fin de semana toca Eurovisión en Moscú, y por casa han aparecido, qué vergüenza, entradas para el ensayo de trajes. Iré, vale, pero por curiosidad científica, a ver qué frikis hay por allí. Pero con cuidado, que parece un certamen más invertido que la pirámide de población de Asturias.
Espero con devoto interés tu crónica sobre el paisaje & paisanaje eurovisivo, Alfor.
ResponderEliminarAunque otro Chiquilicuatre será difícilmente repetible, la colección de macarrillas que he conocido hasta ahora es como para encerrar tras una vitrina blindada -incluyendo a la horteristriónica representante española- y tirar después la llave al Moskova.
Por cierto, un amiguete que se gana la vida pilotando cazas en la región del Volga, muy al sur de tu domicilio moscovita, afirma que la estación espacial no huele a rancio; y tampoco el cockpit de su MiG [xD].
Saludos.
Me voy a Sochi, que lo pases bien querido amigo.
ResponderEliminarSaludos a tus amigos de la inmobiliaria, mentalos a la madre que los pario.
Regreso la semana que viene a festar el 25 de Mayo en la dacha de la embajada =)
Ayayayayyyy, es verdad que ayer Eurovisión te pillaba algo cerca, desdeluego, más cerca que a mí, jejeje... ¿Fuiste al final al pase de trajes? Lo cierto es que Eurovisión decae, de hecho ya ves, este año tocó en Moscú y eso no debe ser bueno, jejejeje... En fin, que espero tu "Crónica Eurovisiva".
ResponderEliminarBesitosssss
César, qué presión. Me pongo a publicar.
ResponderEliminarOye, me alegro de que la Mir no huela a rancio. Pero te aseguro que Zvyozdny Gorodok sí, que lo he olido con estas narices que se ha de comer la tierra, y no hace mucho.
Bruno, vaya, vaya, así que a la playa. Pues nada, a pasarlo bien.
Esther, naturalmente que estuve por allí, pero yo no lo vi nada decaído.