Dicen que Bielorrusia representa algo así como el retorno al pasado y a la URSS. Efectivamente, como ya quedó visto, el callejero de Minsk es sumamente comunista y mantiene esencialmente los mismos nombres que en los mejores momentos de la URSS. De hecho, el único cambio importante en el callejero de la ciudad es el de la avenida principal, que cuando yo estuve en 2003 se llamaba Avenida de Frantsisk Skorina, un humanista bielorruso del siglo XVI, y que ahora se llama Avenida de la Independencia. Vamos, que Marx, Engels, Lenin, Chenyshevsky y casi todos los próceres del socialismo real siguen representados en el plano de la ciudad.
La simbología sigue presente, y ahí queda para dar fe de ello la foto de la cabecera, donde se alude a la condición de ciudad-héroe, que bien merece después de la zurra que se llevó en la Segunda Guerra Mundial. Otra cosa es que el régimen del presidente Lukashenko sea comunista. No da esa impresión. Hay empresas privadas (me tocó visitar unas cuantas), se permite y hasta se aplaude la inversión extranjera (pero siempre que no se pase) y, eso sí, las grandes empresas son estatales. Si es por economía, me recuerda vagamente al régimen de Franco. El presidente no pertenece a ningún partido (aunque Lukashenko fue miembro del PCUS entre 1979 y 1991), la oposición política está más o menos permitida, con tal de que no se pase de éxito (en eso es más permisivo que Franco, pero, la verdad, no mucho más). En la tele se pasan el día hablando de él, hasta el punto de que podría decirse que hay un razonable culto a la personalidad (bueno, pues sí, como con Franco). Desde el punto de vista de las relaciones exteriores, es un paria al que no reciben en casi ningún sitio. En lo que, también, se parece bastante a Franco, todo hay que decirlo. La única diferencia debe ser que a Franco le molaban como aliados los Estados Unidos y que a Lukashenko quien le gusta es Rusia, pero no me parece lo bastante comunista como para que Flamenquito le dedique una calle en el callejero de Villabermeja.
¿Y el Partido Comunista? ¿Dónde está el Partido Comunista? En Rusia, el Partido Comunista sigue siendo una fuerza numerosa y organizada, aunque progresivamente provecta, que se deja ver y que hasta sale en los medios de comunicación ¿Y en Bielorrusia, donde todo el mundo dice que la URSS sigue presente?
Meditando en estos asuntos, caminaba por el centro de Minsk, cuando llamó mi atención una curiosa puerta, rodeada de cartelitos que, probablemente, habían puesto las organizaciones que tenían su sede tras ella.
A nuestra izquierda, si conseguimos descifrar el bielorruso, parece que están el Centro Regional de Innovación de Minsk, la Dirección de Gestión de Vivienda de Minsk y el Consejo Regional de Minsk de la Cooperativa Pesquera de Bielorrusia. A nuestra derecha, de abajo arriba, tenemos la Agencia de Viajes "Odisea Tours", el Comité Urbano de Minsk del Sindicato de Industrias Locales y Domésticas y...
¡Hombre! ¡Mira quién está aquí!
La verdad, si el Partido Comunista se ve reducido a compartir un apartamentito con todos ésos, es que las cosas no pintan muy bien en este país para los partidos políticos. Qué envidia, por cierto.
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