Iván Kramskoy era lo que hoy llamaríamos un rebelde inconformista, pero no era un rebelde cualquiera, no. Era un tipo con un talento bestial, con un dominio del pincel que no se había visto hasta entonces y que les sacaba varios cuerpos de ventaja a los profesores funcionarizados de la Academia de Bellas Artes. Cuando se le hincharon las narices dijo que hasta ahí había llegado, se salió de la academia y comenzó a funcionar en plan privado, con un grupo de inconformistas como él (alguno de ellos, también, con un talento enorme) que se hicieron llamar los "peredvizhniki" (itinerantes) y que podían ser algo así como los "Beatles" de los años sesenta del pasado siglo. Además, como se ve en el retrato, las pintas que llevaba Kramskoy eran equiparables a las de los músicos pop de cien años después.
Kramskoy destacó especialmente como retratista, género en el que ningún otro pintor ruso, al menos por lo que yo veo, ha podido superarle. El muy brujo consigue que eches un vistazo a un retrato pintado por él y sepas si te gustaría irte de cervezas con el retratado o mejor que se vaya su tía. Si la cara es el espejo del alma, lo es especialmente en los cuadros de Kramskoy.
Al llegar a su relativa madurez, yo creo que debió echar un vistazo a los cuadros religiosos que se estaban pintando por aquel entonces, y que eran más o menos del jaez de los vistos en la última entrada. Y debió decirse que aquellos pintores eran una panda de mindundis y que se iban a enterar de cómo se pinta un cuadro religioso. Y así debió ser como nació "Cristo en el desierto".
"Cristo en el desierto" no fue un cuadro más. "Cristo en el desierto" fue un shock brutal para la sociedad rusa de la época, que simplemente no había visto una cosa así hasta entonces. Porque el retrato de Jesucristo, demacrado, absolutamente solo, desgreñado, en un lugar inhóspito, era un contraste tan brutal con la escuela dominante hasta entonces que mucha gente torció el gesto. Así como en los cuadros de Ivanov Jesucristo pasa como si la cosa no fuera con él, en éste está compartiendo el sufrimiento humano como uno más. En éste, llega. Ya lo creo que llega.
El cuadro está expuesto en la galería Tretyakov, no demasiado lejos de la "Aparición de Cristo al pueblo", de Ivanov. Ya es cuestión de gustos decidir cuál está más próximo a las inquietudes de cada uno, e incluso es posible que haya momentos para cada cosa. Lo que es a mí, "Cristo en el desierto" me parece más convincente que varios libros de Teología sobre la humanidad de Jesucristo. Vamos, que si fuera gnóstico o monofisita, que no lo soy, después de ver el cuadro me lo tendría de pensar mucho.
A partir de ahí, podría decirse que se abrió la veda. Los pintores academicistas no volvieron a levantar cabeza y, si lo hicieron, de eso ya no se acuerda nadie. En cambio, pudimos asistir a la creación de cuadros como "Procesión en la región de Kursk", de Repin, que no es precisamente un cuadro religioso, pero que impacta como pocos y, ya dentro del género propiamente dicho, la obra prerrevolucionaria del último gran clásico ruso, Nesterov. Pero eso es otra historia, y sólo fue posible después de "Cristo en el desierto".
Genial este pintor, al conocí gracias al retrato de un muchacho judío, del que existe una versión apócrifa
ResponderEliminar-digámoslo así-, que muy pronto ilustrará un nuevo post en mis gafas ... Tras haber ojeado la travesura, ya supondrás por dónde van los tiros :)
Buen fin de semana!
Pues la verdad, Alfi, que si tiene algo de "Beatle" este tipo en su retrato.
ResponderEliminarSi que llega el cuadro de Cristo en el desierto. Que expresión en la cara. La verdad es que, desdeluego es algo mucho más humano. Y no hay que olvidar que Jesús, por muy hijo de Dios que fuera, era un ser humano.
Besitossssssss
César, tú siempre metiéndote en política. No sé si la versión apócrifa dejará más contento a Kranskoy o a Medevédev. En todo caso, espero verla pronto en tu bitácora.
ResponderEliminarEstherita, así me gusta, ortodoxia pura. Ni monofisita ni arriana.
Me gusta tu blog porque siempre acabo aprendiendo algo nuevo. Gracias por descubrirme a Kramskoy. El cuadro llega, te hace ver, lo que supusieron los años de Cristo en la tierra, vamos, que no fué un jardín de rosas. Que por muy hijo de Dios que seas, el dolor acabo siendo un lenguaje universal.
ResponderEliminarSaludos
Keithania, para eso estamos, a mandar. Y, por lo del resto que dices, amén.
ResponderEliminartodo lo que hay es de dios hasta tu propia vida.no mires con los ojos mira con el corazon.cristo dio su vida para tu salvacion.aya quel que jusga lo que jesus paso en la cruz . que el reyno de dios es para los que lo aman y hacen su volunta.DIOS es amor,justicia,paz y libertad.recuerda solo somos embajadores en esta tierra no nos acostumbremos a ella. porque nuestra casa es el cielo.
ResponderEliminarUff excelente análisis. Deben temblar las rodillas estando frente a este cuadro. Viva Cristo Rey
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