Román Abramovich era un señor prácticamente desconocido hace unos años y del que apenas existían fotos. En los tiempos en que los rusos cantaban a coro el lema "¡Marx, Engels y gloria a la URSS!" el chico no destacó mucho, pero cuando acabaron esos tiempos, el muy tuno, a la chita callando, se fue haciendo durante la presidencia de Yeltsin con un patrimonio bastante decente, tan decente que probablemente superaba el PIB de varios países africanos.
A la postre, tanta pasta le debió aburrir un poco. Es comprensible. Eres el tío más rico de Rusia y no te conoce nadie, así que un buen día decidió que se iba a soltar el pelo y pasó a ser un tipo bastante popular. Además de seguir con sus negocios petrolíferos, que con el precio al que se iba poniendo el petróleo ya le daban para vivir, y cómo, se compró un club de fútbol y, a la hora de meterse en política, decidió hacerse gobernador de una región, que siempre viste mucho.
En aquel tiempo, a los gobernadores de las regiones los elegían los habitantes de esa región, cosa que parece lógica, pero que entretanto ha sido sustituida por la elección digital por parte del presidente ruso. El motivo de este cambio consiste en mejorar la lucha contra el terrorismo. Ya sé cuál es la pregunta que salta a los labios y la respuesta es que yo tampoco sé qué diablos tiene que ver la lucha contra el terrorismo con el hecho de que el pueblo pueda elegir o no a sus gobernadores. La pregunta habría que hacérsela a Putin, que fue quien tomó la decisión, pero no me consta que nadie se haya atrevido a hacérsela. Por si acaso, supongo.
El bueno de Abramovich, pues, se puso a ver qué regiones estaban disponibles y se encontró con Chukotia, que le debió parecer bien. Chukotia no está en la quinta porra. Chukotia está, por lo menos, en la séptima porra, entre sitios tan poco turísticos como el Océano Glacial Ártico y el estrecho de Bering, y con diez meses de invierno. Pues hasta allí que se fue Abramovich a ganarse las voluntades y los votos de sus más o menos cincuenta mil habitantes, cosa que consiguió sin demasiadas complicaciones. yo, si fuera chukcha, también le hubiera votado, porque lo que es seguro es que un tío tan forrado no iba por allí, a una región pobre de solemnidad, para robar. Como la cosa fue bien, y Abramovich se gastó sus buenas perras en la región (la verdad es que sigue siendo varias veces más rico que todos los habitantes de la región juntos), ha permanecido de gobernador hasta el jueves pasado, en que dijo basta y dimitió. Tampoco es que se haya pasado mucho por allí en el tiempo en que ha estado mandando, pero es que hoy día las telecomunicaciones hacen tales milagros que se puede gobernar Chukotia desde Londres.
Los habitantes indígenas de Chukotia son los chukchi, si es que se dice así en castellano, y se dedican a criar renos y a ser protagonistas de los chistes de tontos. Vamos, así como los leperos en España, sólo que los leperos, en lugar de vivir en lugares inhóspitos y criar renos, viven de cine en España, cultivan fresas y están forrados. Casi todos los chistes de chukchi son bastante conocidos en otros países (sólo que sus protagonistas son los leperos, los frisones o los corsos, según el país), pero no me resisto a poner uno que me hizo mucha gracia. Traducido, hará menos, pero lo pongo en ruso para los que se enteren en este idioma.
En pleno comunismo, un chukcha se va de viaje a Moscú por un tiempo. Cuando vuelve, está indignado y habla a sus compatriotas:
- ¡Camaradas! ¡Moscú nos engaña constantemente! Marx y Engels no es una sola persona, sino dos. Y Gloria Alaúrs ni siquiera es una persona.
(Товарищи! Москва нас постоянно обманывает! Маркс и Энгельс - это не один человек, а два. А Слава Эсэсэсэр - вообще не человек.)
joer, qué bien ha quedado el chiste traducido, "Gloria" por "Slava".. y los dos son nombre de persona. Ni pensado a propósito. :)
ResponderEliminarAish, Alfito, el chiste es rematadamente malo, jajaja... Por cierto, vivir en un sitio que se llama Chukotia, ya tiene mérito, pero que encima te llamen algo parecido a "chucho" no sé yo si me gustaría... Jue, ¿Y diez meses de invierno? Y encima no será un invernito como los de aquí, de esos tipo "voy a fichar porque es la estación que toca", no, será un pedazo de invierno de esos en los que 0º te parece mucho calor, uffffff... Aunqueeee... Un poquito de fresquito glaciar por aquí, ahora, mal no vendría, aish, que calooorrrrr
ResponderEliminarBesitossssss
Alberto, gracias por el elogio, tú sí que sabes... no como otras comentaristas díscolas. ;)
ResponderEliminarEstherita, sí, en Chukotia hace frío. En verano también hace frío, pero menos.
Ejem, Alfito, lo de "comentarista díscola"¿va por mí? mira que voy a Moscú sólo para arrearte, ¿eh?
ResponderEliminarBesitos
PD: O mejor te espero por aquí, que ya no debes tardar mucho en venir de visita, jejeje.
El chiste es genial. Apuesto a que Abramovich se habrá reido un rato largo [siempre que no lo haya escuchado en boca de Berezovsky, claro :)]
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