Ayer por la mañana, domingo era, Moscú apareció plagada de jovencitas (y muchos menos jovencitos) como las de la foto, con su gorra roja, su chaquetilla blanca y su sonrisa profidén. Si, en lugar de gorra, hubieran llevado boina, podría haberse dicho que eran de los míos; pero no, no, nada de eso. Eran nada menos que los Nashi, de quienes ya hubo hace unos meses ocasión de escribir. Ya sabéis, el Movimiento Juvenil Democrático Antifascista: como son antifascistas, todos los que se oponen a ellos son, por definición, fascistas. Creo que es un tipo de lógica que últimamente también es popular en España en ciertos círculos, según me cuentan.
Los Nashi se paseaban en grupos de cinco o seis, dirigidos por uno de ellos, con rango de "comisario" y cuya chaqueta era tan roja como la gorra. Qué gran logro antifascista, haber logrado recuperar para la historia la palabra "comisario", que evoca la gloriosa época de los albores del Ejército Rojo y el adoctrinamiento político de sus miembros en la verdad bolchevique. A diferencia de aquello, en este nuevo ejército la mayoría femenina era aplastante. En el grupo de la foto, sin ir más lejos, no había un solo hombre. En otro que me encontré un poco más adelante, de los ocho componentes, dos eran hombres, uno de ellos el comisario. El comisario tenía un pendiente antifascista en la oreja y cuatro pelillos largos resbalándole por debajo de la gorra, además de algunas legañas molestas. Y es que acababan de cambiar la hora y las noches, con una hora menos, saben a poco; pero todo sea por la democracia y la conciencia cívica.
No tengo muy claro qué puede hacer a un joven apuntarse a un movimiento tan amarillo como los NASHI. Probablemente tenga que ver con su función socializadora, o con la perspectiva de encontrar gente relativamente decente con la que relacionarse. Una somera mirada a los miembros del grupo permite apreciar que las chicas componentes del mismo, sin ser feas, están lejos del nivel de las más guapas; y los pocos chicos que pude ver, eso sí, parecían menos brutos que la media, aunque tampoco eran como para tirar cohetes. Eso sí, como eran tan pocos, había un enjambre de chicas alrededor de ellos obedeciéndoles.
- A ver - dijo un comisario-. Sveta, vamos a comenzar por aquí. Ponte en la esquina.
- Jijiji... ¿en la esquina, Vania? ¿Has oído, Lena?
- Bueno -dijo el comisario, Vania-, quizá un poco más allá.
- ¿Y dónde te vas a poner tú? -intervino Lena.
- ¿Yo? Bueno... no estoy seguro. Quizá allí.
Otro grupo, éste completamente femenino, se acercaba en sentido contrario.
- ¡Hola!
- ¡Hola! ¿Hacia dónde vais? -dijo Vania.
- No sabemos... el jefe nos ha dicho que nos pongamos en una esquina de la Tverskaya ¿Dónde está la Tverskaya? - preguntó la comisaria del otro grupo.
- Está ahí, en la siguiente calle.
- Gracias... ¿hace mucho que eres comisario? - siguió la comisaria.
- ¡Eh! -dijo Sveta- ¡Que tenéis que ir a la Tverskaya! ¡Y nosotros tenemos que ir en sentido contrario!
- Estooo... -Vania parecía confuso-, nos vemos luego.
Los grupos se separaron, tras una última lánguida mirada entre los comisarios.
- Bueno, nos pondremos aquí.
A todo esto, os preguntaréis cuál era el objetivo de tanta parafernalia antifascista.
Lo contaré en la siguiente entrada, que hoy se hace tarde.
Tienes razón, es una lógica muy popular en algunos ámbitos:
ResponderEliminarhttp://blogs.periodistadigital.com/ultimahora.php/2007/03/27/se_usa_indistintamente_el_tiro_en_la_nuc
http://www.periodistadigital.com/periodismo/object.php?o=608381
Para que luego defiendas a De Juana... en fin.
A otra cosa, si no es mucho pedir, podrías comentar algo relativo a las relaciones actuales de Rusia (y los rusos, claro) con los antiguos países del Este: Polonia, Hungría, países bálticos, etc.
Saludos.
¿Defiendes a De Juana? Ciertamente debes tener razón con eso de que si no estás en un lado, automáticamente te toman en el otro...
ResponderEliminarEn fin, a lo que íbamos, Madre Del Amor Hermoso. No es por nada Alf, pero ya te vale, meterte con los pobres chicos... (y chicas) si alomejor saben hasta cuales son los ideales que están defendiendo, cosa que muchos no podrían decir, ni siquiera de adultos...
Besitosssss
PD: Que tierna historia de amor entre comisarios, ains...
Anónimo, no soy consciente de haber defendido a De Juana en ningún momento. Sí de haber escrito que toda la historia de los artículos es de esperpento, en lo que me reafirmo. Pero, como dice Esther, no es cierto que, si tú eres antidejuana y yo no estoy de acuerdo con todo lo que dices, automáticamente es que defiendo a De Juana. Ésa es la "lógica antifascista" aplicada a otro caso.
ResponderEliminarTu petición la pongo en cola; a ver si se me ocurre alguna entrada cuando acabe la serie que está en curso. Pero te anticipo que las relaciones son más bien frías.
Esther, los pobres chicos son dignos de encomio, porque, ¡anda que hacerles madrugar el día del cambio de hora! En fin, mañana completo la entrada.
En espera de que me digas que es lo que estos chicos defieneden o exigen en las calles...no puedo opinar más hasta no estar más informada...
ResponderEliminarUn beso
No deja de ser curioso que los comentarios a un articulo sobre un fenomeno ruso se centren casi todos en las filias y fobias hispanas. Eso es ensimismamiento o solo falta de curiosidad?
ResponderEliminarPero... ¿el objetivo no es ligar?
ResponderEliminarIsmailovsky Park, voto por ensimismamiento.
ResponderEliminarAchab, y tanto que lo es.