El alcalde Luzhkov, aparte de algunos negocietes poco conocidos por el Cáucaso, es sumamente popular entre la población local. A pesar de que las infraestructuras urbanas son mejorables, el alcalde ha apostado por la cultura y dedica una notable proporción de su presupuesto a apoyar (casi) todo tipo de iniciativas culturales, destacando entre las mismas la música clásica. En esto supera muy claramente a nuestros políticos españoles y su política cultural, calificable, como poco, de tendenciosilla; en cambio, a la música clásica, al teatro clásico o al ballet clásico no se le conocen afinidades políticas, lo que es de agradecer. Por lo que a la música se refiere, no sólo hay una red de salas de conciertos a precios muy asequibles, sino que por toda la ciudad funciona un sinnúmero de escuelas de músicas para niños a precios, igualmente, bastante inferiores a lo que sería usual en España (bueno, quizá Valencia, donde en cada pueblo hay banda, escuela de música y rivalidad feroz entre ellas, sea una excepción).
(Por cierto, la foto es del conservatorio principal de Moscú, con la estatua de Chaykovsky ante el mismo, y la he sacado esta mañana. Vamos, eso por si algún anónimo destarifado os acusa de que no habéis visto Rusia ni en foto, como si aquí no las hubiera).
A esto se une la presencia de unos profesores totalmente entregados a su trabajo y que, aunque son bastante tiranuelos a veces, lo que es dedicación, no se les puede pedir más. El resultado es que los niños tocan que da gusto oírlos desde edades tempranísimas.
Abi lleva dos años con clases de piano, cosa que le encanta y que tocaría día y noche (para desesperación de nuestra vecina de al lado, tyótya Alla, que pierde algo de su simpatía natural en estas ocasiones), ha ingresado este año en la escuela más cercana a casa y se dedica al violín. Yo diría que le gusta menos que el piano, pero no le va mal.
Pues señor, aunque no está aún al nivel de actuar con el violín, ayer fue el día en que nos acercamos ella y yo a la escuela para ver actuar a los alumnos más destacados. En cada escuela, de aspecto impecable, hay una pequeña sala de conciertos para celebraciones internas, y allí que nos plantamos. Los espectadores éramos los padres de los alumnos. Bueno, casi sería más exacto decir que los espectadores eran las madres y las abuelas; yo no sé dónde se meten aquí los hombres. No seríamos más de tres en la sala, alumnos aparte.
¡Esta gente toca de maravilla! Se marcaron todo tipo de piezas de violín y piano, o de violoncello y piano, subiendo de nivel cada vez. Abi sólo comenzó a aburrirse hacia la hora y media de concierto, pero entonces empezaron a aparecer los realmente buenos:
- Y ahora - dijo la presentadora- el alumno de sexta clase va a interpretar "Asturias", de Albéniz.
- ¡Asturias! - le susurré a Abi - ¡I Albéniz! ¡És música espanyola!
- Ahhhh - dijo Abi.
El tío la bordó. Qué fiera. Apladimos a rabiar al terminarla.
- Papá -dijo Abi-, ¿i qué parlen en Asturies?
- Castellà. Està en Espanya.
- ¿Sí?
- I una llengua que es diu bable, pero tots parlen castellà també.
Acabó el concierto, nos abrigamos, y salimos hacia casa.
- Abi, en arribar a casa, recórda'm que tinc que donar-te una clase de geografia.
Como por desgracia pasa en todos los sitios, también sonó un móvil durante el concierto, pero... al menos el tono no era reggaeton, como todo el mundo tiene ahora, sino el tercer movimiento de la "Pequeña serenata nocturna", de Mozart. Se notaba la clase. Si no hubiéramos estado en un concierto, era como para pedirle que lo dejara sonar un rato más.
Ains, Alf, eso si que debió ser una gozada... Digo yo que los hombres lo mismo estaban por ahí bebiendo y tal, ¿no? jejejeje.
ResponderEliminarAsí que problemas de geografía... Pues nada, llevale a Asturias a ver osos, (yo nunca los he visto, dejando a un lado zoos y demás sitios similares, pero dicen que hay) y de paso que pruebe el cabrales, mmmmmmm.... Y otras cosas que hacen por alli (no le vayas a dejar probar el orujo de hierbas ¿eh? que te veo venir)
En fin que me alegro de esa suerte que teneis por allí...
Besitossssssss
Pues si todos los osos de Asturias sufren la misma suerte de Mitrofan...
ResponderEliminarEsther, lo más probable es que estén trabajando. También podrían estar en sus casas passsando de ir a conciertos. Yo sólo sé dónde no estaban.
ResponderEliminarAlfina, ya sabes: ¡Mitrofán somos todos! A Juanca, más que usurpador, habrá que empezar a llamarle "ursuspador".
Debo agradecerte Alf que me enseñes la foto para ahora sí poder opinar..jeje
ResponderEliminarMe parece maravilloso que la música y el arte sean tan importantes en Rusia, como ya te he dicho antes me siento más artista que otra cosa.
Desgraciadamente en México la cultura es muy cara y por ende poco accesible, pero uno hace lo que puede...
Un beso
"Por cierto, la foto es del conservatorio principal de Moscú, con la estatua de Chaykovsky ante el mismo, y la he sacado esta mañana. Vamos, eso por si algún anónimo destarifado os acusa de que no habéis visto Rusia ni en foto, como si aquí no las hubiera"
ResponderEliminarBueno se ve q con esta foto ya saben de sobra como es Rusia, veasé un ejemplo:
"Esther Hhhh dijo...
Ains, Alf, eso si que debió ser una gozada... Digo yo que los hombres lo mismo estaban por ahí bebiendo y tal, ¿no?"
Te pido disculpas por haber dicho q no tienes ni remota idea, se ve q estás muy bien informada de lo q hacen los rusos mientras los españoles acuden a los conciertos, beber como cosacos (o como Mitrofan q veo q os pone más) Ya veo, ya q manejas más información sobrre Rusia q Beria en sus tiempos. Si te leen los del FSB vienen a por ti q seguro q desde Ramón Mercader ningún Español les ha sorprendido tanto.
P.D. La próxima foto q pongas, pon la de la estatua de la Madre Patria, a ver si alguno te pregunta porque en vez de una espada no lleva una botella de Kalashnikov.
Anónimo:
ResponderEliminarHoy es 5 de diciembre, víspera de festivo. Acabo de darme cuenta de que ha entrado Vd. en la bitácora dieciséis veces. Dieciséis, y el día no ha terminado. De ellas, unas pocas han sido probablemente para "refrescar" la página, pero sigue habiendo entrado una vez cada hora. Incluso cuando ha pasado por su casa, supongo que para comer. Y en vano, porque en ese tiempo no ha habido ni actualización ni nuevos comentarios.
¿Merece la pena? ¿No le parece un poco enfermizo?
Mire, creo entrever que tiene Vd. un problema con esto. Hágame caso, y no se tome las cosas tan en serio. No vale la pena. Hay muchas más cosas que hacer además de entrar en una modesta bitácora que sólo pretende poner un poco de guasa. Con su gracejo andaluz, Vd. debería comprenderlo.