miércoles, 14 de junio de 2006

La luna de Valencia


La de la foto es la auténtica luna de Valencia. Rechace imitaciones. La fama de la luna de Valencia no le viene por ser especialmente clara ni bonita, aunque la de la foto, en la realidad, era impresionante; le viene por la costumbre, en la época en que las murallas existían en Valencia, de cerrar las puertas de acceso a la ciudad a partir de cierta hora. A los valencianos que se despistaban y se quedaban fuera les tocaba pasar la noche al raso, "a la luna de Valencia", y no conseguían volver a sus casas hasta la mañana siguiente.

Hoy se emplea como sinónimo de estar despistado, que era efectivamente lo que estaba el que se retrasaba a la hora del cierre.

Ahora, que no hay murallas en Valencia, ni hay ciudad en España que se aísle por las noches, parecería difícil encontrar un lugar que resulte inaccesible por la noche y accesible por el día, pero sí que lo hay y, naturalmente, está en Rusia. Se trata de la ciudad de San Petersburgo, antes Leningrado, antes Petrogrado, antes otra vez San Petersburgo, que está construida sobre cuarenta y cuatro islas unidas por puentes, muchos de los cuales, para permitir el paso de embarcaciones, se levantan por la noche, dejando varias islas incomunicadas entre sí (salvo que alguien quiera probar su suerte nadando, cosa que no es muy recomendable, habida cuenta del tráfico fluvial en las horas en que los puentes se levantan).

Hace algunos años, cuatro intrépidos valencianos aparecieron por San Petersburgo desde Moscú con el fin, parecía, de visitar la ciudad. Yo les conté la peculiariadad de San Petersburgo, pero aquellos cuatro valencianos no tenían planes de renunciar a una noche de marcha. Yo insistí bastante sobre este punto, pero estaban ya un poco o un mucho chispa y nadie me escuchaba así que, finalmente, me volví hacia el albergue a eso de la una, para evitar problemas.

Hice mal, creo, porque me perdí algunos sucesos estelares. Poco antes de que me separara de ellos entablaron conversación con dos nativas, que les llevaron a una discoteca en pleno canal Griboyédov, que es una de las zonas con más marcha de la ciudad. La entrada no es gratis, pero ellos la esquivaron enseñando los pasaportes, y les dejaron pasar. Luego uno se puso a bailar con una rusa, y esta parecía corresponder, pero entonces apareció el novio de la rusa con un colega. Otro se puso a salvar al primero del desastre, cosa que no me creería si no la hubieran corroborado todos. Mientras tanto, el tercero no encontraba una de las fichas del guardarropa, y quería sacar una cazadora. Como sin ficha no se la daban, pidió hablar con el jefe del encargado; llegó el dueño, y tampoco se la daba, así que pidió hablar con el jefe del dueño. Por desgracia, el dueño no tenía jefe. Al final, consiguió sacarla, y al día siguiente encontró la ficha del guardarropía en su bolsillo trasero. Después hablaban de volver a la discoteca, a ver si con la ficha se llevan una prenda gratis.

El caso es que cayeron en la trampa, porque al salir todos los puentes estaban levantados, y nadie quiso conducirles hasta la estación de Finlandia, que era donde estaba el albergue. Una disciplinada marcha de dos horas bajo la luz de la luna (de Valencia, si se quiere) les llevó hasta allí, dando vueltas y revueltas. Claro, a las dos horas ya habían bajado los puentes y pudieron pasar andando, pero si se hubieran quedado quietecitos dos horas, en lugar de caminar sin ton ni son, se hubiera alcanzado el mismo resultado.

A la mañana siguiente, se oían frases como las siguientes:

"¡Tengo un dolor de cabeza! Parece que tenga tres o cuatro cabezas..."

"Ah, pero, ¿enseñamos los pasaportes al entrar?"

"Sí, y tú querías dárselos"

"Cuando tienes resaca, te bebes hasta el agua de los floreros"

"Oye, si te deportan, ¿quién paga el avión?"

3 comentarios:

  1. No tenía ni idea que la expresion "estar a la luna de Valencia" viniera de lo de las murallas.
    Tampoco sabía que San Petersburgo fuera una ciudad sobre 44 islas, ni siquiera sabía que fuera una ciudad sobre alguna isla. Islas flubiales se entiende ¿En qué río? Ya sé que me vas a suspender en geografía, pero cuanto más hablo contigo, más me doy cuenta de lo poco que nos enseñan en la escuela, porque esta parte no me lo enseñaron, si no lo recordaría, como tampoco me enseñaron muchas cosas que poco a poco aprendo contigo sobre Rusia.
    Es una pena que nos perdamos tanto de lugares magníficos, y que las noticias sean tan excasas tantas veces, sobre ciudades como Moscú, o países como Rusia.
    También es curioso lo que ocurre con San Petersburgo porque complica un poco las cosas por la noche, sobretodo si te planteas salir...
    En cuanto a tus amigos, casí podría hasta sospechar de quien se trata, jajajaja... Y la verdad, esos comentarios no tienen desperdicio... Alf, creo que a veces deberías ser menos prevenido, fíjate que cosas te pierdes...
    Besos

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  2. El río es el Neva, pero es en la misma desembocadura. San Petersburgo está en el estuario del Neva, lo que hace difícil decir si las islas son fluviales o marítimas. No importa mucho.

    A los que se quedaron a la luna de Valencia no creo que los conozcas. Todo podría ser, pero no creo. Y lo de perderme su actuación entonces se compensó con la de unos días más tarde en Moscú, quizá todavía más estelar, y sin peligro de quedarse a la luna de Valencia.

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  3. Jajajajaja... Pues espero que pronto narres esas aventuras, que deben ser dignas de pasar a los anales de la historia del soldado fanfarrón, jejejejeje...
    Besos

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