lunes, 30 de marzo de 2009

Comparaciones históricas (III)

Siguiendo con las comparaciones históricas, los rusos y los españoles tenemos igualmente una característica común, cual es nuestra afición a pelearnos entre nosotros. Habíamos dejado en la entrada anterior a los musulmanes bastante reducidos. Hacía el final del siglo XIII, a los moros andalusíes sólo les quedaba el reino de Granada y cuatro pueblos más. Hicieron un último intento de montarla cuando los benimerines entraron a saco en España, pero entonces llegó Alfonso XI, que los mandó de vuelta para África tras la batalla del Salado (1340).

Si la Reconquista duró todavía siglo y medio largo es porque los castellanos se dedicaron mayormente a zurrarse entre sí, hasta que llegó un matrimonio de los que tanto monta, monta tanto, Isabel como Fernando, hicieron callarse a todo los nobles levantiscos y decidieron que ya estaba bien de morisma y que el reino moro de Granada tenía sus días contados. Y efectivamente, el último día fue el 2 de enero de 1492, después de que los castellanos aprovecharan las peleas internas entre zegríes y abencerrrajes para meterse a enredar. A los Reyes Católicos los tenéis, ahí, en una foto que los más mayores conocerán bien, porque era la que aparecía en los billetes de mil pesetas de los últimos años de Franco. Claro que entonces mil pesetas eran una cantidad fabulosa con la que pasabas un mes entero. Ahora son seis euros, con lo que no te pagas ni un menú del día.

En Rusia, tras las conquistas de Iván el Terrible, el janato de Crimea era el último territorio europeo en manos sarracenas. Los rusos se estuvieron dedicando a otras cosas, entre ellas a montarse un follón de escándalo entre 1584 y 1612, un período tan divertido o más que las luchas intestinas castellanas del siglo XV, en que coexisten usurpadores, impostores, invasores extranjeros y hasta una princesa polaca que se va casando sucesivamente con distintos impostores que suben al trono. Luego siguen más follones intestinos, hasta que llega otro matrimonio al trono, igual que en España. Este matrimonio, compuesto por Pedro III y por Catalina II (los de la derecha de la imagen), no se parece mucho al de Isabel y Fernando. Pero la política que sigue con los reductos musulmanes es igualita: Catalina II decide mirar hacia el Sur, y el janato de Crimea sabe que no le queda mucho por durar.

Igual que los granaínos habían recurrido a los benimerines, los tártaros de Crimea también tenían su primo de Zumosol particular, el Imperio Otomano. Pero el Imperio Otomano, a finales del siglo XVIII, era una castaña y los rusos, primero, machacaron a los otomanos en la guerra ruso-turca de 1768-1774, y luego intervinieron en una contienda civil en el janato (¿os suena de la guerra de Granada?) y terminaron por anexarlo en 1783.

Hasta aquí, los parecidos. La diferencia más palmaria es la relación entre el matrimonio ejecutor. Los Reyes Católicos eran un matrimonio, digamos, equilibrado, donde mandaban los dos. Él era el mejor político europeo de su época, un lince ibérico de ésos que están en vías de extinción, y ella era la figura más respetada de las Españas. Lo de Pedro III y Catalina II es, digamos, un pelín diferente. Pedro III era un tipo un poco pusilánime que no se adaptó muy bien a dejar Alemania, y Catalina II era un ser despótico e impúdico que recurrió al asesinato y a un golpe de Estado para hacerse con el trono.

Esto da pie para hablar de otro rasgo diferenciador entre españoles y rusos, en particular en las relaciones matimoniales. Los españoles y los rusos tenemos un equilibrio muy diferente en esto. Entre los españoles, yo diría que el hombre pasa bastante de los detalles "caballerosos", mientras que muchos hombres rusos parecen considerar que darle atención a la mujer consiste en hacerle regalitos, pagarles la cena, abrirles la puerta del coche y ponerles el abrigo. Luego, en casa, quien lo organiza todo es la mujer, y el hombre pasa de detalles domésticos. El hombre español no es que sea una fiera doméstica, pero yo diría que cada vez más trata de defenderse. Y la mujer española, en general, cada vez más trata de pagar la mitad de las cenas y de ponerse el abrigo sola.

La estabilidad del matrimonio en Rusia es catastrófica. Así como el matrimonio de Isabel y Fernando duró hasta que la primera murió en 1504, el de Pedro y Catalina fue un desastre, aunque también se disolvió por la muerte de uno de cónyuges; lo malo es que fue el otro cónyuge quien la ordenó. Se pusieron cuernos mutuamente todo lo que pudieron. Algo así pasa hoy en Rusia. Yo diría que hay más divorciados que casados, y conozco a muy poca gente que se haya casado en primeras nupcias y siga así hoy día. En España, aunque vamos en caída libre, gracias a Dios no hemos llegado a los extremos de aquí, por lo cual todos conocemos a matrimonios estables y sin vocación de romperse.

A todo esto, me viene a la memoria una conversación que suele contar Alfina, de cuando una amiga, a la que ya hace tiempo que no vemos, le dijo que se iba a casar con su novio.

- ¿Y no te quieres casar por la Iglesia?
- Huy no, que eso es para siempre.

A ver si la llamamos un día de éstos. Quizá siga casada y todo.

viernes, 27 de marzo de 2009

Comparaciones históricas (II)

Habíamos dejado en la entrada anterior a los españoles y rusos medievales en la complicada tarea de quitarse de encima a los musulmanes que les habían invadido. Hay muchas diferencias entre ambas invasiones, y también hay una característica interesante en la forma de hacerles frente. Veamos.

En un primer momento, los musulmanes son bastante superiores militarmente, tanto a españoles como a rusos. Sin embargo, de vez en cuando se encuentran importantes victorias cristianas, sobre todo en el aspecto sicológico, porque, si se lo toman en serio, los sarracenos siguen teniendo más músculo militar. Un ejemplo fácil es la victoria de Covadonga, en 722, pero queda mejor documentada la victoria de Alfonso II de Asturias en Lutos (795), en que aniquiló al numeroso ejército andalusí que venía de saquear el núcleo del reino. No obstante, los musulmanes eran muy superiores y al año siguiente el ejército del emir Hixem I se venga saqueando Oviedo a conciencia, mientras Alfonso II se escapa por los pelos.

En Rusia, aunque con retraso, pasa lo mismo. La batalla más comparable es la de Kulikovo Pole (1380), en que Dmitri Donskoi derrotó a las fuerzas del reyezuelo tártaro Mamai, demostrando al mundo que los tártaros no eran invencibles. Claro que, en 1382, el sucesor de Mamai, Tojtamysh, se tomo la revancha arrasando todo a su paso y saqueando Moscú, mientras que Dmitri Donskoi ponía pies en polvorosa.

En España, el encuentro que hizo caer definitivamente la balanza de fuerzas de lado cristiano fue la batalla de las Navas de Tolosa, en 1212, en que el ejército cristiano, dirigido por el rey de Castilla Alfonso VIII (en la foto, a la izquierda), destrozó completamente a las fuerzas almohades. El paralelo más similar en suelo ruso es la batalla del río Ugrá (1480), en que Iván III (en la foto, a la derecha), que se había negado a pagar tributos a la Horda de Oro, y el jan Ajmat estuvieron forcejeando sin resultado durante varias semanas, en lo que constituyó una victoria estratégica de los rusos.

Después de las Navas de Tolosa, los sucesores de los reyes cristianos que participaron en la batalla, San Fernando III y Jaime I, se lanzaron contra los reinos moros y en pocos años anexionaron los reinos de Sevilla, Badajoz, Jaén, Valencia, Murcia y Baleares, dejando la España musulmana reducida a los reinos de Granada y Algeciras y a la parte sur del Algarbe. En Rusia, sucedió algo parecido. El Gran Ducado de Moscú, ya independiente, se lanzó contra los diversos minijanatos independientes en que se disgregó la Horda de Oro y, a lo largo del siglo XVI, anexionó los janatos de Kazán, Astraján y Siberia. Como los moros en Granada, los tártaros en Europa quedaron reducidos a Crimea.

Pero hay una diferencia curiosa a la hora de establecer hipótesis sobre el carácter nacional. En las Navas de Tolosa estuvieron Alfonso VIII, rey de Castilla; Pedro II, de Aragón; Sancho VII, de Navarra, y un nutrido cuerpo portugués (el único que no estuvo fue Alfonso IX de León, que siempre tuvo una difícil relación con su primo castellano). En cambio, en el río Ugrá estuvo el ejército del Gran Ducado de Moscú y pare usted de contar. Lo lógico hubiera sido que el resto de la Cristiandad hubiera ayudado a Iván III es una batalla tan decisiva, pero lo cierto es que fue más bien al contrario: el Gran Duque de Lituania, Casimiro IV, era aliado de los tártaros y, de hecho, se dirigía a ayudarlos, cuando los tártaros de Crimea, que a su vez eran aliados de Iván III, les atacaron y distrajeron sus fuerzas de la batalla principal. Es más, no sólo es que Lituania no ayudara, es que los propios hermanos de Iván III estaban en abierta rebeldía contra él y sólo aceptaron ayudarle bien entrada la batalla, y menos mal que prácticamente no llegaron a las manos, porque a saber qué hubieran acabado haciendo los hermanos del Gran Duque si hubiera habido un choque de verdad.

No es que los españoles seamos unos genios del trabajo en equipo, ni mucho menos (lo de las Navas de Tolosa no pasaba todos los días, y no digamos ahora, con la que está cayendo), pero lo que sí es cierto es que los rusos, en general, van cada uno a su bola y lo de trabajar conjuntamente como que no va con ellos. Eso es algo que los que vivimos aquí vemos a menudo. No es fácil convencer a los rusos de que trabajar con nosotros redundará en beneficio de todos; al contrario, yo diría que sospechan que, si tú te vas a beneficiar del trabajo conjunto, eso es que ellos van a salir perjudicados. Y, así, no es extraño que cada uno mire por su propio interés y que se despreocupe de lo que les pueda pasar a los demás. La empatía está lejos de estar ente los sentimientos más populares por aquí. Los que alguna vez hemos jugado al baloncesto con rusos sabemos muy bien que normalmente no debemos contar con que nos pasen el balón.

No es casualidad que el deporte en que los rusos son líderes indiscutibles sea el ajedrez, donde sí que se cumple la premisa de que, si al otro le va bien, es que a ti te va mal. Y no es de extrañar que en deportes individuales como el tenis cada vez haya más nivel en Rusia. Pero, cuando el trabajo en equipo es necesario, y lo es casi siempre, este rasgo del carácter ruso hace resentirse los resultados. Además, hay muchas otras consecuencias de esta circustancia, pero creo que es mejor que las veamos otro día, que hoy, como tantísimas otras veces, se hace tarde.

miércoles, 25 de marzo de 2009

Comparaciones históricas (I)

Al'bert escribió hace un par de semanas una entrada muy interesante sobre diferencias y parecidos entre españoles y rusos o, en general, entre España y Rusia. Es un tema peligroso, muy peligroso, y sumamente resbaladizo, pero Al'bert, ya de paso, escribió un comentario en una de las últimas entradas de esta bitácora, y me propuso que escribiera algo sobre el asunto, y como, ya puestos, estamos a tres bajo cero, las aceras están cosidas de traidoras placas de hielo y, por tanto, el terreno resbaladizo es lo natural en estas fechas del año, pues voy a meterme en él.

Como buen aficionado a la Historia, voy a comenzar la comparación desde hace mucho tiempo, ya que, cuando uno le echa un ojo a los libros, aparecen unos parecidos tremendamente curiosos. Parece que la historia de Rusia es como la española, aunque con retraso. Veamos.

En España teníamos un protoestado visigodo que los musulmanes (moros, en nuestro caso) destruyeron a principios del siglo VIII, encabezados por el de la parte izquierda de la foto, Tarik, y por el famoso moro Muza con el que tantos padres españoles han amenazado a sus hijos cuando éstos no querían dormirse.

En Rusia, había una especie de protoestado, la Rus de Kíev, que los mongoles, que entonces aún no eran musulmanes pero que no tardarían en serlo, sometieron y machacaron a principios del siglo XIII. Así, el mongol Batu-Jan (a la derecha de la foto), en 1237, siembra el pánico entre los rusos de entonces.

La reacción en España fue lenta, y aparecieron paulatinamente unos cuantos reinos cristianos independientes, Castilla, Aragón, Navarra, Portugal, que comienzan a presentar resistencia al moro. Para cuando Batu-Jan saquea Rusia, en España los cristianos ya les habían dado bastante cera al moro y, a partir de 1212, es evidente que terminar la Reconquista es cuestión de proponérselo con algo de insistencia, aunque todavía habrá alguna amenaza de cierta importancia. El hecho de que aún durase casi tres siglos más es debido a esa afición tan española de zurrarnos entre nosotros y de no rematar al enemigo cuando lo tenemos a tiro.

En Rusia, la reacción fue similar a la española, aunque quizá menos belicosa. Rusia se dividió en un montón de estados pequeñajos independientes. No sólo Kíev, nominalmente la capital, auque totalmente destruida por los mongoles, sino también Nóvgorod, Pskov, Tver, Polotsk, Suzdal, Vladímir, Vyatka y otros muchos se hicieron independientes, siendo nominalmente Vladímir el más importante. De entre ellos, igual que en España destacaron dos, Castilla y Aragón, en Rusia también destacaron dos: Moscú y el Gran Ducado de Lituania. Moscú empezó a comerse paulatinamente a todo lo que rechistaba a su alrededor, mientras que el vecino lituano, en lugar de mirar al Este, miró hacia el Oeste, se unió al Reino de Polonia y creó un Estado que pá qué que incluía toda la parte oriental de la Rus de Kíev, incluyendo Kíev.

En España, los moros se comenzaron a pelear entre ellos y a dividirse en lo que se llamó reinos de taifas, cosa que facilitó bastante la Reconquista. Los tártaros que habían sometido Rusia también comenzaron a dividirse de mala manera, de modo que la Horda de Oro, que así se llamaba, quedó disgregada en los janatos de Kazán, Astraján, Crimea o Siberia. Era el momento en que los príncipes moscovitas, que a la chita callando y bajo el dominio de unos príncipes astutos se habían ido comiendo a los principados vecinos, decidieron abandonar su política de sometimiento y hacer frente a la Horda.

Pero, como es tarde, la continuación de la comparación histórica queda para otro momento.

lunes, 23 de marzo de 2009

De la que me he librado

Eso del centro de la foto, en cualquier país que se respete, sería una horterada espantosa. La foto apareció en mi buzón de correo hace unos días, enviada por Alfina, a quien no sé quién se la enviaría.

Aquí, también es una horterada espantosa, pero, además, es una boda. Algunas cosas son normales, como los dos pedazos de limusina en que los novios se acercan, o las prótesis de vidrio que ambos llevan en sus respectivas manos derechas, probablemente para infundirse valor, lo cual, en este caso, parece venir muy a cuento.

Lo que ni siquiera aquí es normal es el traje de la novia. Aquí se han visto aberraciones de lo más variopinto, modistas (seguramente homosexuales) que parecían odiar a las mujeres que visten, engendros de pésimo gusto... pero un traje de novia como éste es la primera vez que lo veo.

En fin, muchas veces vemos una pareja de novios, y los hombres nos preguntamos: Pero, este tío, ¿por qué se casará con ésta? Aquí queda claro que, al menos, tiene dos buenas razones para casarse.

viernes, 20 de marzo de 2009

Presupuestando

Durante los años de las vacas gordas y de precios del petróleo hinchados y relucientes, los responsables presupuestarios rusos habían mostrado una prudencia insólita en la previsión de ingresos del Estado. Así, cuando el precio del petróleo comenzó a subir, se encontraron con unos ingresos extra con los que no sabían muy bien que hacer ¿Que qué tienen que ver los precios del petróleo con los ingresos del Estado? Pues una barbaridad, porque las compañías petroleras son las vacas más ordeñadas de toda Rusia. Están sometidas al impuesto de sociedades (un 24% de los beneficios que te crio, reducido ahora a un 20%), al de patrimonio de personas jurídicas (un 2,2% del valor de los activos), a los aranceles de exportación (un ojo de la cara, establecido periódicamente por el Gobierno), al de extracción de productos del subsuelo (una puñalada) y a alguna que otra exacción más o menos inconfesable a todos los niveles administrativos. Y, aún así, ganan dinero (bueno, o lo ganaban).

Entre 2004 y 2007, el presupuesto federal estuvo asumiendo una previsión de precios del petróleo de 25 dólares por barril. Como todos los que visitamos de vez en cuando las gasolineras sabemos, el precio del petróleo estuvo pero que muy por encima de estas cifras, con lo que los responsables de Hacienda, que no sabían que hacer con el pastón que estaban ingresando al estar el petróleo por encima de las previsiones, decidieron crear una hucha y meter las moneditas dentro. Bueno, la verdad es que le dieron el nombre de "Fondo de Estabilización" y de "Fondo para las Generaciones Futuras", pero, por muy pomposos que sean los nombres, en realidad viene a ser lo mismo que el cerdito con la ranura en el lomo para meter los cinco duros que no nos gastamos en chuches. Lo mismo, pero a lo bestia, claro.

Como la cosa seguía engordando y el precio del petróleo parecía que no iba a dejar de subir nunca, los responsables de política presupuestaria decidieron desmelenarse un poco y dejar de lado sus previsiones prudentísimas: para el ejercicio presupuestario 2009, elaboraron un presupuesto con una previsión de precios petrolíferos de ¡95 dólares! por barril. Hay que decir que en verano, que es cuando hicieron la previsión, los precios pasaban de 140 dólares y los directivos de las petroleras se frontaban las manos pensado en precios de hasta 200 dólares el barril. Así que lo de los 95 dólares parecía incluso prudente, con lo que les salía un presupuesto expansivo, con un aumento considerable del gasto público y, encima, con superávit.

Claro, sólo medio año después de eso, habrá quien se ría de esas almas de cántaro a carcajada limpia, pero en verano esos precios se lo creía a pies juntillas todo quisqui. Quien quiera ver la hemeroteca, aquí tiene una muestra elocuente. Es en ruso, pero elocuente es un rato.

Después del verano pasó lo que pasó, la crisis llegó con fuerza, el mazazo fue brutal, la construcción se paró, los bancos no daban crédito ni a sus ojos y, por si fuera poco, el precio del petróleo se desplomó hasta los alrededor de cuarenta verdes, y así sigue más o menos hasta hoy.

Una cosa no cambió: la previsión de 95 dólares por barril en el proyecto de ley de presupuestos. Cualquier idiota veía que el precio caía a ojos vista. Sin embargo, aquel engendro de documento en que se había convertido el proyecto de ley de presupuestos seguía adelante sin que nadie osara decir que el apartado de ingresos no lo iban a cumplir ni jartos de vino. Es más, el 5 de noviembre, la Duma tiró por tierra una tradición parlamentaria procedente por lo menos del siglo XIII, cuando permitió al Gobierno que hiciera lo que le diera la gana con los gastos públicos pasándolos libremente de una partida a otra. El 26 de noviembre, con el rublo y los precios del petróleo en caída libre, el presupuesto fue aprobado en la Duma sin el menor problema, demostrando que la Duma rusa es un rebaño de borregos más sumiso que las Cortes de Franco y que, si el Gobierno les pidiera que derogaran la ley de la gravedad, serían capaces de hacerlo.

Señores, no fue hasta el 19 de enero que la única persona entre los actuales altos funcionarios de Rusia que no es un lameculos descerebrado no dijo bien clarito que el Ministro de Hacienda dejara sus presupuestos de fantasía para el ridículo histórico y se pusiera a hacer unos nuevecitos, con una previsión del precio del petróleo de 41 dólares por barril. Claro que el alto funcionario en cuestión fue el propio Vladímir Putin. Tiene guasa que el Presidente del Gobierno le tenga que decir a los Ministros de Economía y de Hacienda qué precio quiere que tenga el petróleo durante el año. Tiene guasa que 375 diputados de la Duma hayan aprobado una ley de presupuestos estúpida sin rechistar. Tiene guasa que los 80 que votaron en contra lo hicieran por cualquier chorrada, básicamente porque el gasto les parecía poco, pero no por que fueran irreales. Tiene guasa que el Ministro de Hacienda no sólo no haya dimitido hace meses, sino que tampoco haya sido cesado.

Putin sabrá lo que hace, claro, pero, después de haber laminado a toda la oposición, no debería extrañarse que los que le han quedado a su lado sean una panda de pollinos incapaces de la menor crítica y que tenga que ser él mismo el que haga autocrítica.

A todo esto, estamos con marzo bien entrado y, salvo un par de parches urgentes, seguimos sin presupuesto. Eso para que los que estáis en España os quejéis de Solbes. Solbes, al menos, se ha montado un presupuesto que sólo se desvía en un par de puntos de las previsiones más agoreras, no como éstos, que tanto da que funcionen con la vigente ley de presupuestos o con un manual de astrología.

miércoles, 18 de marzo de 2009

Medidas extremas (II)

En el capítulo anterior, todo parecía venirse abajo. Parecía condenado a tener que hacer el paripé por todo Moscú vestido de pingüino y desplazándome en una limusina con un conductor que, si no fuera por estar curado de espanto, estaría descojonándose del espectáculo. Porque una cosa es casarse y que los novios vayan a sacarse fotos, y otra muy distinta es que no sólo te hayas casado ya, sino que en la limusina viajen también tus tres hijos.

Por fortuna, como ya habíamos dicho, en la adversidad inminente los Von Buchweizen nos crecemos y apelamos a medidas extremas con tal de no pasar por trances como los que se avecinaban.

Las medidas extremas surtieron efecto. A las pocas semanas de recurrir a ellas, Alfina, Abi, Ro y Ame consintieron en cancelar la reboda. Uffff... por poco...

Claro, ahora llegaba la segunda parte, consistente en avisar a todos los posibles invitados de que volvieran a hacer planes para octubre, porque la reboda no iba a tener lugar. A algunos bastó con avisarles por correo electrónico sin más ceremonias, pero a los familiares más próximos hubo que llamarles por teléfono personalmente para comunicarles la cancelación del evento y las razones que motivaban la misma. Mis padres, total, no iban a venir, así que no les estorbó mucho; Kukoč y Reyrata, con el ruido de los petardos en Valencia, yo creo que ni siquiera me escuchaban cuando les decía que, uf, su hermano se había librado del paripé de la limusina. Duralex, Sedlex y los demás fganseses se quedaron un poco confusos, pero bueno, se lo tomaron bien; y Danferesp y la Cunhada incluso se pusieron muy contentos. Claro, con la de cosas que hay que hacer el puente de octubre.

Quedaba la parte más delicada: avisar a la Reina de Nueva Zelanda, de quien Alfina sospechaba que podía no ser muy partidaria de las "medidas extremas". La verdad es que fue a la primera que llamamos, pero, como nunca está en casa, no pudimos hablar con ella hasta un par de días después. Abi, que se había arrogado el monopolio de la información, tomó el teléfono.

- ¡Aba, aba!
- ¿Sí?
- Que tengo que darte dos noticias: una buena y una mala. Voy a comenzar por la mala.

Abi hizo una pausa teatral.

- La mala noticia es que se ha cancelado la reboda ¿Y sabes por qué? ¡Se ha cancelado porque en octubre mamá va a tener un bebé!

Tras una larga pausa, la Reina de Nueva Zelanda preguntó:

- ¿Y cuál es la buena?

lunes, 16 de marzo de 2009

Medidas extremas (I)

Una boda rusa es un evento un tanto distinto de las bodas a la española; en primer lugar, es obligatorio que haya limusinas, a ser posible más de una. Además, tiene que haber alguien muy bruto, a ser posible ya un poco chispado, gritando en el banquete "gorka, gorka".

¿Qué quiere decir eso? No se trata de que el novio sea vasco y se llame Jorge, no; es el equivalente al "que se besen" español. "Gorka", en ruso, quiere decir "amargo". Se supone que en las bodas hay mucho amargor y que se necesita que los novios se den un morreo lo más largo posible para endulzar el ambiente, porque los besos son dulces.

Todo comenzó hace algún tiempo, cuando Ro, siempre Ro, comenzó a pensar. Cuando Ro piensa, es especialmente peligrosa: la criaja tiene una lógica implacable y es capaz de desarmar a cualquiera.

- Mamá, ¿cuándo te vas a volver a casar?
- ¿Cómooo? - Alfina y yo levantamos la cabeza del plato.
- ¡Pero si ya estoy casada con tu padre!
- Sí, claro, pero, ¿cuándo te vas a casar otra vez con él?
- ¿Otra? Pero si las bodas son para siempre...
- Síiiii. Porque te casaste una vez por Abi, otra vez por mí y ahora toca otra vez por Ame.
- Esto, bueno, sí, poco antes de casarnos por la iglesia nos habíamos casado por lo civil.
- Claro, lo que decía, una vez por Abi y otra por mí. Pues ahora falta Ame.
- Bueno, claro, bien mirado...
- Si no, no es justo.
- Bueno, el año que viene es nuestro décimo aniversario. Podríamos celebrar una reboda.
- ¡Sí, sí, sí! - y aquí ya Abi y Ame se unieron a las peticiones alborozados.

A Alfina le comenzaba a gustar la idea.

- ¿Qué te parece, Alfor?
- Bueno, pues, estooo... se podría hacer, claro. En la catedral, supongo... una renovación de votos. Décimo aniversario, claro, es una fecha redonda - creo que se estaba notando que no lo veía muy claro.
- Entonces, decidido, en octubre de 2009. E invitaremos a todos nuestros amigos a una fiestón.
- ¿Cómo que...? ¿Decidido? ¿Ya?
- Sí, sí, yo quiero pasearme en limusina por Moscú y hacerme fotos en la Plaza Roja vestida de novia.
- ¿Que quieres quéeee...?
- Claro. Como hacen todos. Venga, hay que empezar los preparativos.
- Pero si falta más de un año...

Al final, tuvimos que reconocer que era un poco pronto para reservar el restaurante. Pero, durante los meses siguientes, la presión se estaba poniendo insoportable. Si sonaba en la radio una canción que gustaba a las niñas:

- Mamá, ¿pondréis esta canción en la reboda?

Que abríamos el ropero de las niñas:

- ¿Qué me pondré en la reboda? ¡Qué nerviosa estoy!

Que llamaba una amiguita que había estado enferma preguntando por los deberes del día:

- ¿Podemos invitar a Masha a la reboda? ¿Cuántos niños habrá? ¿Estarán Duralex y Sedlex?

La presión estaba comenzando a ser brutal. Pero un Von Buchweizen siempre dispone de recursos, aunque sean extremos, para esquivar los grandes problemas. Lo del abandono de hogar está feo, así que habrá que pensar en otra cosa.

Pero eso ya lo pensaremos en la siguiente entrada.

viernes, 13 de marzo de 2009

Agua

En materia de agua, España, debido a la pertinaz sequía, tiene un serio problema de cantidad. Rusia no. Rusia tiene agua de sobra; sin embargo, lo que sí tiene es un problema de calidad. Las conducciones están hechas una pena, en algunos lugares las bacterias campan a sus anchas, los metales pesados están presentes en concentraciones poco recomendables y, en suma, no es extraño que haya quien piense que, después de todo, el vodka es más sano.

A Ro estas cosas le llaman bastante la atención. Con lo cómodo que es abrir el grifo y beber de lo que salga, pues aquí estamos manejando una maraña de aguas embotelladas, filtros y hervidoras que convierten la aventura de vivir en la aventura de beber.

Anteayer se fue a lavar las manos al grifo de la cocina. Mientras el agua caía, debió pensar algo.

- Mamá, ¿por qué en Madrid podemos beber el agua del grifo y aquí no podemos?

Se paró un momento y encontró una posible respuesta.

- ¿Es que en Madrid, como hay poca, les da tiempo a limpiarla toda?

miércoles, 11 de marzo de 2009

En positivo

Moscú es un lugar bastante malo para los que no tenemos ni idea de deportes de invierno y sólo nos dedicamos a los de verano. Y, para los corredores de fondo y los ciclistas, Moscú quizá no sea del todo Mordor, pero no es mucho mejor. La bicicleta la saqué el otro día del armario, después de dos meses y medio de pausa, y cuando quedan un montón de placas de hielo por el suelo, pero es que ya tenía muchas ganas de rodar. Entretanto, ha vuelto a nevar y la bici ha vuelto a quedarse a esperar mejores tiempos.

En lo de correr, mi recurso es la cinta de correr. Es un suplicio. Uno estaba hecho a triscar por el río de Valencia, a lo largo de sus muchísimos kilómetros, al aire libre, y el hecho es que estoy en un sótano, enfrente de una televisión, y menos mal que hay una televisión, regulando la velocidad y la inclinación con botoncitos. Cuando la cosa ya es insoportable, me imagino en el río de Valencia.

"A ver, quedan dos kilómetros. Si estuviera en Valencia, ahora habría pasado hace nada el puente de San José, y a mi derecha estaría la Escuela de Idiomas. Ya queda menos. Delante se ven la Estación de Autobuses y Nuevo Centro...", y así sucesivamente hasta la llegada al final. Algún colega me ha propuesto que en Valencia me ponga una cámara de vídeo en la frente, un día que vaya a hacer el recorrido del río completo, lo grabe de cabo a rabo y lo pase por la televisión que tengo frente a la cinta. Es una idea, pero la verdad es que las pelis de la Pantera Rosa distraen más.

Moscú también es un sitio problemático para los alérgicos. Yo soy alérgico a saco, y el otro día no sé qué narices comí o qué pasó, pero me produjo una urticaria brutal por todo el cuerpo, con irritaciones e hinchazones tales, incluso en los párpados, que apenas podía abrir los ojos. Tuve que salir del trabajo pitando e ir al médico, a cuya consulta llegué hecho una pena.

El médico no se anduvo con chiquitas, me metió un chute de cortisona, el antihistamínico por excelencia, me dio una medicación a base de corticoides y me mandó a casa. A eso de dos horas desde el chute, gracias a Dios, los síntomas comenzaron a remitir y las únicas señales que quedaron en mi piel eran las que me había hecho yo con las uñas a base de rascarme.

Al día siguiente, me sentí bien, decidí subirme a la cinta y ponerme a correr. A la velocidad que me había puesto como objetivo, me parecía que no estaba haciendo nada, así que puse la cinta un poco más rápido. Y luego un poco más. Me encontraba suelto, muy suelto, hasta que terminé por ir cosa de medio minuto por kilómetro más rápido de lo que tenía pensado. Y luego llegué a estar entrenando a ritmo de competición.

Ahora ya sé por qué la cortisona da positivo.

lunes, 9 de marzo de 2009

Separatistas

Si ustedes son empresarios, por ejemplo, españoles, les va de pena en nuestro país y están pensando en resarcirse del batacazo patrio vendiendo algo de lo que hacen en un país como, pongamos por caso, Rusia, deberían pensárselo seriamente antes de hacerse ilusiones vanas.

Es cierto que hasta no hace ni medio año se podía decir que aquí ataban los perros con longanizas (bueno, ojalá hubiera longanizas), pero ya no, y el Gobierno ruso, ni corto ni perezoso, ha decidido poner coto a la situación en cuanto ha visto que las cosas venían mal dadas, y ha tomado unas medidas para que a usted, empresario español, le sea más atractivo el mercado de Tangañika que el ruso.

Una, claro, es la devaluación del rublo. Si aquí las cosas se venden en rublos, y el guiri las vende en euros, y por un euro tienes que pagar 46 rublos en lugar de 34, como hasta hace nada, pues resulta que eres cosa de un 30% más caro y, en estos tiempos que corren, vas a vender poco. Pero parece que el Gobierno se temía que, ajustándose un poco, las cosas tuvieran más o menos salida y que la producción extranjera pudiera seguir vendiéndose con éxito.

La respuesta ha sido subir los aranceles a saco. Los aranceles, vosotros que habéis vivido siempre en la Unión Europea, quizá ni os acordéis de lo que son, pero se trata de un impuesto que pagan las mercancías extranjeras por entrar en el país que los pone. Vamos, para que las cosas de fuera sean más caras y para que el rusito que quiera comprar algo de fuera:

Uno, se lo piense dos veces, porque será algo más caro que lo que pueda encontrar aquí de fabricación rusa.
Dos, si, aun así, decide comprarlo, deje un pico en las arcas del Estado.

Los economistas ortodoxos no son muy partidarios de los aranceles. Dicen que suponen un beneficio para unos pocos (los industriales nacionales que se benefician de esa protección), mientras que perjudican a todos los consumidores (porque tienen que comprar más caro de lo que podrían hacerlo si los productos nacionales y los extranjeros compitieran sin trabas). Sin embargo, es un recurso muy socorrido, porque los políticos suelen tener los oídos más abiertos a las asociaciones de productores que al pueblo en general. Seguro que existe una asociación de fabricantes de zapatos a la que le gustaría que los aranceles fueran brutales, y que de vez en cuando se lo insinúa al Gobierno. Lo que probablemente no haya sea una asociación de consumidores de zapatos que les haga frente.

Los coches rusos son el caso más claro. Los coches rusos, por decirlo alto y claro, han sido siempre una calamidad rodante, a los que los propios rusos califican de "letrina con ruedas". En los últimos años han hecho un esfuerzo de mejora, pero sus fábricas son tan sumamente ineficientes, a pesar de los bajísimos salarios de sus trabajadores, que les han salido modelos peores y más caros que los de los fabricantes extranjeros que, con mucho cuidadín, han venido a fabricar por aquí.

En los últimos años, los coches rusos ya se estaban vendiendo menos que los de marcas extranjeras, pero, como Rusia iba bien y se vendían muchos coches, pues todos vendían mucho y no pasaba demasiado. Eso sí, en cuanto comenzó la crisis aquí y los coches, todos, comenzaron a quedarse en los almacenes, los fabricantes rusos empezaron a pensar que su mercado, ahora más pequeñito, no les daba para mantenerse vivos y comenzaron a acariciar la idea de, al menos, quedárselo entero y arrojar del mismo a los fabricantes extranjeros (muchos de los cuales, por cierto, perciben unas ayuditas de sus respectivos Gobiernos que, aunque no sean aranceles, tampoco puede decirse que sean precisamente ortodoxas en el sentido económico).

El Gobierno ruso, que no parece satisfecho con la idea de que cierren los mastodontes rusos de la automoción y doscientas mil personas se queden de golpe sin empleo (y los que les seguirían de entre todos los que indirectamente viven de esas doscientas mil personas que todavía tienen empleo), ha reaccionado metiendo caña a los aranceles de los coches y subiéndolos un pico brutal, sobre todo con los coches de segunda mano, que eran los que realmente estaban sacando del mercado a los coches rusos (casi cualquier ruso prefiere un coche guiri usado que uno ruso nuevo). Así que, cuando nuestro coche diga basta, Dios no lo quiera, tendremos un problema gordo de verdad, porque lo de agenciarse un cuatrolatas ruso para meter cinco personas dentro es una opción aventurada. Y no digamos si son más de cinco.

Pero aquí las autoridades rusas han pinchado en hueso. Lo están royendo, pero habían pinchado en él.

En el ejemplo de los zapatos, habíamos dicho que no existe una asociación de consumidores de zapatos que pueda poner el grito en el cielo por el perjuicio que supone para el consumidor la protección de la industria zapatera nacional. Pero resulta que, por raro que parezca, sí hay una organización de automovilistas y, de paso, se han topado con los representantes de los importadores de coches, sobre todo en la región del Pacífico. Porque, si vives a orillas del Pacífico, pero en Rusia, y tienes a dos pasos las fábricas coreanas y japonesas, cuyos coches les dan cien patadas a los rusos, que además se fabrican a miles de kilómetros de allí, lo normal es que compres los coches de donde los tienes cerca. De hecho, la importación y distibución de coches japoneses es el negocio del que come la región.

Vamos, que la medida de subir los aranceles no ha caído bien por allí, así que han salido a la calle para manifestarse y han creado una especie de movimiento que, naturalmente, y como cualquier movimiento, ha preocupado al Kremlin. De hecho, parece que se han animado bastante, porque:

1. Primero pidieron la eliminación de los aranceles. Hasta ahí, normal.
2. Luego pidieron la dimisión del Gobierno. Lógico paso adelante.
3. Los más fervientes iban provistos de banderas japonesas. Bueno, un gesto simpático, si se quiere.
4. ... y gritaban que se cediera el Extremo Oriente ruso a Japón, como en la foto de arriba. Pero, chicos, ¿qué mal os ha hecho Japón?

A los manifestantes les han aplicado el tratamiento habitual de las manifas, que ya hemos visto por aquí, a lo bestia, trayendo OMONes de las regiones próximas e incluso de los alrededores de Moscú, que ésos sí tienen experiencia en fundir manifas. Incluso se habló de acusar de alta traición y de conspiración a favor de potencias extranjeras a algunos que pillaron con banderas japonesas. Podrá parecer exagerado, pero ahí queda eso. Ya veremos cómo sigue.

viernes, 6 de marzo de 2009

Rusosfera en castellano (II)

Era en mayo del año pasado cuando me puse a hacer un recuento de bitácoras sobre Rusia en español. El tiempo no pasa en balde, y estos casi diez meses que median entre ambas entradas han significado algunos cambios, algunos positivos, otros un poquito menos.

En primer lugar, se echa de ver que algunos blogueros han espaciado considerablemente las actualizaciones de sus bitácoras. Es el caso, sobre todo, del Carbuncho y de Xavi desde Omsk. El Carbuncho, me consta, está sumamente ocupado con su familia y no debe tener mucho tiempo para sus desahogos literarios, lo cual es una lástima; Xavi, desde Omsk, también me consta que está mal de tiempo para actualizar (eso sí, a mí me lo ha prometido un par de veces, aunque él quizá no lo sepa), y esto sí que es lástima, porque, si ya los blogueros españoles en Rusia escaseamos, no digo nada lo que escasean los que están en Siberia. Como que es el único.

Otro que está últimamente bastante remolón, si bien también me consta que está de curro hasta las orejas, es Kinoforov, desde Ekaterimburgo (que, encima, parasita esta vuestra bitácora con todo el descaro: menos mal que el tío es legal, advierte y además le queda bien :-) ).

El autor de Russkie Dnevniki, que ya sabéis que me encantaba, por su parte, ha cerrado la persiana y ha decidido repatriarse y dejar San Petersburgo por España. Es una gran pérdida, desde luego por lo bien que escribía, y además porque, aunque se ponga a actualizar desde España, cosa que no ha hecho hasta ahora, posiblemente se dará cuenta de que no será lo mismo que estar en primera línea de fuego. Quizá se ha dado cuenta ya.

El Botas, por su parte, que es el más veterano de los vistos hasta ahora, incluyendo al que suscribe, ha pasado a espaciar preocupantemente sus intervenciones y se ha instalado en un cómodo ritmo de una y media al mes. Botas, tío, menos islas largas y más pluma... y tómatelo en el sentido que quieras, que los que te seguimos te echamos de menos. ;-)

Pero no todo son abandonos y pájaras, no. Gracias a Dios, tenemos que felicitarnos de que las bitácoras de César (bueno, se prodiga menos últimamente, pero es el más veterano y el más exitoso de todos los blogueros y, así, seguro que vuelve con más bríos), Galo, los Fanáticos del Vodka y el autor de "Desde Rusia en Directo" continúan con buena salud dando el callo desde la rusosfera en castellano. Y no sólo eso: se incorpora a la rusosfera, y a la barra derecha de esta bitácora, Al'bert, con su reciente, pero ya interesantísima, bitácora sobre curiosidades de Rusia (y lo que salga, supongo), que está con el empuje del que la abrió hace poco. A ver si te dura, Al'bert. Por cierto que le tengo poco menos que prometida una entrada sobre parecidos y diferencias entre rusos y españoles y ya tardo en cumplir las promesas. Si me esmero...

Finalmente, veréis también la bitácora Sacerdotes en Rusia, que curiosamente nació al mismo tiempo que ésta que leéis. Más que una bitácora, es una recopilación de noticias religiosas de agencia (sobre todo de la nunca bastante ponderada Zenit, claro), y por eso no la había puesto hasta ahora, pero he cambiado un poquito de opinión sobre las bitácoras - agencias de noticia. También incluyo (ya César lo sugirió en su día), Salsa Rusa, a pesar de que su ritmo de actualización anda muy decaído, y eso, en una bitácora tan recopilatoria como ésa, resulta un pelín destarifado.

Y hasta aquí llegamos. Estoy seguro de que se me habrá pasado por alto alguna, así que vuestras sugerencias son bienvenidas en cualquier caso.

miércoles, 4 de marzo de 2009

Horadando

Sobre Rusia se cuentan muchas cosas. Los rusos piensan que son el ombligo del mundo, que todo gira a su alrededor, y que, si no lo hace, es por una conspiración judeomasónica absolutamente intolerable. Los extranjeros que pasamos por aquí, y sobre todo los que nos ha tocado patear las regiones rusas con frecuencia, más bien creemos que buena parte de los lugares de Rusia son un agujero insondable de espanto.

Pues bien, ambas posturas, aparentemente imposibles de acercar, pueden ser perfectamente compatibles. Y, si no, ahí va eso.



Mirny es la sede de una de las principales empresas de diamantes del mundo, Alrosa. La mina al aire libre ya no funciona desde 2001, pero se siguen excavando vetas subterráneas.

Por cierto, yo hubo un tiempo que pensé que esto era una leyenda urbana más, pero probad a buscar "Mirny" en Google Maps. A mí me impresionó.

lunes, 2 de marzo de 2009

Disidentes

Ya hace no sé ni cuántas entradas le prometí a Fernando (fue aquí) que contaría la historia de otro socio de "The Other Russia" que mola mucho más que Kaspárov. No, no es quien está detrás de todo esto, que yo no sé quién es, sino de un opositor "pata negra" y desde luego mucho más original que un ex-campeón del mundo de ajedrez metido a político. Eso es de lo más ordinario. Dónde vamos a parar.

Cuando era pequeño, recuerdo que leía un tebeo en el que aparecían historietas donde el protagonista era un técnico electrónico que trabajaba para una organización terrorista, la O.S.A. (Organización Siniestra Anti-Todo). Aunque nos parezca que Flamenquito podría trabajar en ella, sobre todo por lo de "siniestra", en realidad el verdadero jefe de los "anti-todo" es el señor de la foto, que atiende por Eduard Limónov y es un crack.

Limónov (que no es su verdadero nombre) lleva por lo menos unos cuarenta años oponiéndose a todo. Mi primer contacto con él fue en su faceta de literato, que es la que le da de comer, cuando cayó en mis manos una novela corta suya, por cierto, bastante subida de tono, que no me llamó mucho la atención; lo siguiente que leí fueron algunos de sus artículos en "The Exile", una publicación que ha salido por aquí en alguna ocasión y que también era bastante cafre, con perdón de los cafres. Limónov, que habla un inglés más que correcto, pero no perfecto, exigió a los editores de la revista que no corrigieran ni una letra de sus escritos en inglés, y así le quedaron unos artículos bastante curiosos.

Limónov debió nacer ya disidente. El movimiento disidente, o algo así, se desarrolló en los últimos años de la URSS, digamos que a partir de 1970, y de mayoritario no tuvo nada (como posiblemente en casi cualquier país bajo una dictadura). Se limitó a armar un poco de jaleo, a copiar a mano folletos y panfletos y a ver como sus miembros eran vigilados por los servicios secretos y detenidos por la milicia. Recuerdo una conversación que tuve, hace ya algunos años, con una rusa, cuando Berezovsky y Jodorkovsky eran gente admirada y exitosa:

- Ayer por la noche salió Berezovsky en la televisión. Me interesó mucho lo que dijo -dijo ella.
- Pero, ¿realmente cae bien Berezovsky? -me parecía tan increíble como que a un español le caiga bien, no sé, Botín, con el agravante de que Berezovsky se hizo rico de manera mucho más inconfesable que Botín, que ya lo era de casa.
- Bueno, caer bien no, pero es inteligente. Era profesor de matemáticas. Cuando cayó la URSS, alguien tenía que ponerse al frente, y se puso gente como él o como los que tenían más nivel, como la gente que estaba en el Komsomol. Como Jodorkovsky. A lo mejor no está bien lo que haya hecho, pero no se puede negar que es inteligente. Alguien tenía que dar un paso al frente y ser la élite del país ¿Quién lo iba a hacer, si no?
- ¿Algún disidente? - pregunté inocentemente.
- ¡Noooooo! Los disidentes estaban fuera de la realidad. Era gente anormal. Los que estaban en el Komsomol son los que tenían nivel. Si no, no llegaban a entrar en el Komsomol, ni luego en el partido. Los disidentes no podían dirigir nada.

Limónov era disidente. Incluso hoy sigue siendo disidente. Fue expulsado de la URSS, vivió en EEUU, de donde también tuvo que salir, para llegar a Francia. En Francia parece que se serenó un poco y hasta logró la nacionalidad, pero poco más tarde la URSS se deshacía en pedacitos, Limónov volvió y recuperó la nacionalidad de Rusia, el pedazo más gordo.

En 1992 fundó el Partido Nacionalbolchevique, un grupo político ruso muy nacionalista. Pero mucho. En realidad, he sido incapaz de encontrar otro rasgo programático significativo, lo cual,en principio, es bastante parecido a lo que pasa con Rusia Unida, del que nadie sabe qué ideología profesan. Sin embargo, Limónov siempre ha estado opuesto, primero a los liberales de los primeros noventa, luego a los no se sabe qué de los últimos años de Yeltsin, y luego al régimen de Putin. Lo más cerca que estuvo de algo oficial fue cuando formó parte del gobierno en la sombra de Zhirinovsky tras el inesperado triunfo del LDPR en las elecciones de 1993, pero también se enfadó con él y pasó a la acción en solitario con su partido y sus acciones de protesta, la verdad sea dicha, muy originales.

Lo que pasa es que el poder está fatal de sentido del humor y a Limónov acabaron por llevarle a la trena acusado de estar reclutando un ejército para invadir Kazajstán. Evidentemente, invador Kazajstán está feo. Le sentenciaron a cuatro años por comercio ilegal de armas, pero salió a los dos años por buena conducta. Hay que decir que sus antiguos aliados Zhirinovsky y Mitrofánov se portaron bien, olvidaron los enfados que pudieran tener y trataron de influir para que saliera.

A su salida, se reincorporó a la actividad y se unió, naturalmente, a la oposición. Y, como en los tiempos que corren la oposición más ruidosa es la de "La Otra Rusia", pues se unió a ellos, aunque a los demás grupos de "La Otra Rusia", Limónov no se parece mucho. De hecho, no se parece nada. Sin embargo, es detenido regularmente en las manifas no autorizadas en las que toma parte. Hoy, ya es un histórico, pero sigue dando mucha guerra y, como siempre, opuesto a cualquier tipo de poder. El día que mande él, se aburrirá, seguro.